Septiembre es un mes idóneo para hacer acopio de mermeladas, dado que las frutas de verano están al final de su temporada en un momento idóneo de madurez y también podemos encontrar bayas silvestres que aparecen por esta época. En mi despensa se acumulan botes de deliciosas mermeladas de ciruelas (tanto rojas como claudias), melocotón y, por supuesto, moras (este año hemos conseguido una cosecha espectacular durante una reciente visita a Galicia). Ha sido esa visita la que me ha permitido descubrir un fruto, el saúco, que produce una mermelada oscura y deliciosa, que recuerda bastante a la de moras, y que yo, que soy bastante urbanita (debo reconocerlo) no había probado nunca. Me ha encantado, todo un descubrimiento.
Esta es una foto del arbusto del saúco cuajadito de frutos. Puede llegar a ser tan grande como un árbol y se le atribuyen diferentes propiedades beneficiosas para la salud. Únicamente hay que tener en cuenta que no debemos utilizar las bayas que aún no estén totalmente oscuras, porque pueden ser tóxicas si no han alcanzado la madurez.
Ingredientes:
1 kg. de bayas de saúco
600 gr. de azúcar
El zumo de un limón.
La elaboración es idéntica a la de la mayoría de las mermeladas. A mí siempre me gusta cocer la fruta antes de echarle el azúcar para que pierda un poco de líquido y que luego no sepa a caramelo, de modo que la coloco en una cazuela y la cuezo a fuego lento hasta que empieza a espesar (unos 45 min.). En este momento añado el zumo de limón y el azúcar y dejo que cueza otros 35 o 40 min.