Ingredientes:
4 huevos
1 vaso (de los de agua) de azúcar
1 vaso (de los de agua, menos un dedo) de aceite de oliva suave
1 vasito pequeño de licor de anís (unos 50 ml)
800 gr de harina
1 sobre de levadura de repostería
Ralladura de un limón
Aceite de oliva suave para freir
En un bol amplio, echar los huevos, el azúcar, el aceite, el anís y la ralladura y batir con el brazo de la batidora. Mezclar la harina con la levadura e incorporarla en varias tandas a la mezcla anterior con la ayuda de una cuchara de madera. Debe quedar una masa blanda y manejable que debe reposar tapada con film durante al menos una hora. Poner a calentar aceite en una sartén profunda e ir formando roscos con la mano, haciendo rollitos del grosor de un dedo que se unen por sus extremos. Freir en tandas de tres o cuatro, dándoles la vuelta cuando estén dorados por un lado. El aceite no debe estar excesivamente caliente para que se hagan bien por dentro. Sacar a escurrir en papel absorbente y rebozar con azúcar.
Con estas cantidades sale un buen número de rosquillas (unas 30) que están deliciosas, ya sea en el desayuno, con el café o (mi momento preferido) por la noche a última hora, con un vasito de leche fría.
¡Gracias, Ansel y Miriam! Es de esas recetas que pienso guardar con todo el cariño del mundo...
Hola Victoria, que ricas, me encantan las rosquillas, y tengo en borradores unas muy parecidas, eso siii las tuyas mucho mas bonitas que las mías.
ResponderEliminarMe han encantado y me llevo, un par para el desayuno de mañana.
Besinos
El toque de Belén
Gracias por la receta. Un clásico español para tomar a cualquier hora del día.
ResponderEliminarYo las hago siempre al horno, pero reconozco que mato por una rosquilla de abuela bien frita y bien rica...
ResponderEliminarSííí, a mi me recuerdan a mi mami. ¡Qué ricoooos!
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